Vivimos bajo la ilusión de que la tolerancia, la paz y el amor a la humanidad prevalecerán si simplemente nos sentamos, nos tomamos las cosas con calma y no hacemos nada. Nuestra pasividad también se basa en la idea errónea de que la tolerancia es la condición estándar.

La tolerancia no es un estado natural, sino que debe establecerse de nuevo cada día y en todas partes. Esta tarea nos recuerda la pregunta de una dama de Nueva York a un lord, a quien ambos conocimos en el verano de 2009 en una cena en el Queen's College de High Street, en Oxford. Quería saber cómo se mantenía el maravilloso césped verde del patio interior. "Muy sencillo, milady", respondió su señoría, "sólo hay que cortarlo muy corto dos veces por semana, pasarlo una vez por el rodillo y abonarlo una vez al mes en verano -y luego, por favor, seguir así- durante 500 años".

Debemos practicar la tolerancia a diario en nuestra pequeña aldea global. Sólo este proceso continuo y tedioso puede fomentar la implantación de la tolerancia a lo largo de muchas décadas.

Si nos unimos ahora, podemos trabajar para obtener un nuevo ethos mundial en el que el amor y la armonía florezcan en todas las naciones.

Si no cuidamos el sensible césped de la tolerancia, se volverá salvaje y crecerá la mala hierba del odio.

En la vida real, debemos regar y fomentar a diario la delicada hierba de la tolerancia, para que se mantenga verde y crezca. La ética de la tolerancia debe centrarse en miles de campañas locales de base y mejores prácticas positivas, que son los catalizadores locales de la buena convivencia.

Ya sea como pesimista, cristiano devoto, musulmán o espíritu libre. Sólo si nosotros mismos damos muchos pequeños pasos para mejorar nuestro mundo podremos conseguir un cambio a mejor y poner en su sitio a la minoría de radicales.

No esperemos a la ONU y a nuestros políticos. Pongamos en marcha a los ciudadanos.
Enseñemos a nuestros hijos: Un mundo mejor es posible. Debemos actuar.

Aprendamos de las religiones del mundo las Reglas de Oro de la Tolerancia.
Abramos un nuevo capítulo personal en el libro de la tolerancia con más respeto y amor humano en nuestra aldea global.

Reconquistemos los rincones oscuros de nuestro mundo a los radicales. Dejemos que el odio y la violencia se derritan como la nieve bajo el sol de primavera. Con el fuego del amor humano, la sabiduría, el coraje, la determinación y la responsabilidad global.

Creemos todos juntos un Mundo 4.0 mejor para nuestros hijos y para nosotros mismos.
La paz no es posible sin una política de paz activa y sin reconciliación. Sólo una estrategia dual bien planificada y coherente Mundo 4.0 de poder y diplomacia, combinada con la reconciliación, promete el éxito.

La paz mundial debe descansar de forma permanente y segura sobre dos pilares.
El alma de los pueblos, el sufrimiento de los oprimidos y su dignidad violada se olvidan en una política de poder unilateral y fría.
No puede llegar al corazón de la pacificación.

Necesitamos un nuevo movimiento mundial, un tsunami de tolerancia.

Los intentos existentes no son suficientes y, en términos de efecto, son débiles. Estamos sólo al principio, lo que significa que nos queda mucho trabajo por hacer.

No son los defensores de la tolerancia, sino los pocos predicadores radicales del odio y los extremistas los que dominan nuestra actual agenda mundial. Como las masas y las élites de todo el planeta no asumen toda su responsabilidad en la promoción de un mundo en armonía, sino que permanecen en su pasividad, estamos atrapados en un limbo en el que la tolerancia sigue sin ser un objetivo principal.

Los Códigos de la Tolerancia surgieron en los últimos años de numerosas conversaciones en todo el mundo con líderes religiosos, políticos, académicos y ciudadanos comprometidos con el establecimiento de una coexistencia pacífica en nuestra aldea global. Sin embargo, muchos intentos brillantes de tolerancia son muy teóricos. Los llamamientos de las Naciones Unidas y de los políticos se quedan sólo en el papel, a menos que sean aplicados y practicados por las personas responsables.

La exigencia de más tolerancia debe trasladarse de los círculos de eruditos y los discursos dominicales de políticos y líderes religiosos a proyectos concretos. 

Necesitamos correas de transmisión de transformación viables que conviertan las ideas doradas en realidades. 

Necesitamos muchos puentes locales transitables entre los discursos y llamamientos interreligiosos de los políticos, por un lado, y la población local, por otro.

Necesitamos ejemplos brillantes de tolerancia en las comunidades religiosas, las escuelas, la política, la ciencia, la cultura, el deporte y los medios de comunicación, con modelos de reconciliación y más paladines de la tolerancia de todas las partes del mundo y de todas las religiones.

Sólo así podremos romper el blindaje de la desconfianza y el odio, lo que nos permitirá crear una paz duradera en las regiones conflictivas del mundo.

Los Códigos de Tolerancia ofrecen sugerencias para comprender y promover activamente la tolerancia y el respeto hacia otras religiones, minorías étnicas y razas. Los Códigos se centran en estos tres grupos, porque la necesidad de normas de tolerancia y respeto para un orden global de armonía parece ser mayor en ellos.

Los Códigos de Tolerancia se formulan universalmente y se aplican a todas las personas, lo mismo a un cristiano de Nueva York o Roma que a un musulmán de La Meca o Kabul, o a un hindú de Bombay. Estas normas se dirigen a las élites responsables de todos los países del mundo. Son un llamamiento a la mayoría burguesa, mayoritariamente materialista, para que se active y muestre coraje moral.

Se presentarán códigos para grupos importantes que tienen gran influencia en el desarrollo de la tolerancia y el respeto. Estos grupos son los padres, los educadores y las escuelas, los líderes religiosos y políticos, los periodistas y los medios de comunicación. Por último, se mencionarán iniciativas loables de los ámbitos del deporte y la cultura.

Nuestros 60 Códigos de Tolerancia se enriquecen con 80 buenas prácticas.

Los Códigos de Tolerancia muestran que cada ciudadano puede contribuir a crear un mundo mejor. Son instrucciones prácticas para cada uno de nosotros. Padres y escuelas, líderes religiosos, medios de comunicación y periodistas, responsables políticos, para el deporte y la cultura. 80 ejemplos (mejores prácticas) de todo el mundo demuestran que nuestra aldea global puede hacerse más tolerante y pacífica si la Mayoría Silenciosa se vuelve más activa.

Muestran cómo personas de todo el mundo han puesto efectivamente en práctica estas exigencias. Esto da motivos para la esperanza y demuestra que la tolerancia es factible.

Al mismo tiempo, los Códigos proporcionan puentes transitables desde la teoría abstracta hasta la aplicación práctica. Al iniciar una reacción en cadena, podemos conseguir que aumente la tolerancia y, al mismo tiempo, frenar el mal.

Los Códigos de Tolerancia no deben considerarse un códice ético completo. Son, en primer lugar, propuestas y sugerencias concretas para actuar de acuerdo con las mejores prácticas. Deberían completarse y desarrollarse en todo el mundo.

Leer, asimilar y promover los distintos Códigos de Tolerancia:

Códigos de tolerancia para todos

Códigos de tolerancia para los padres

Códigos de tolerancia para educadores y centros escolares

Códigos de tolerancia para líderes religiosos

Códigos de tolerancia para periodistas y medios de comunicación

Códigos de tolerancia para los responsables políticos

Códigos de tolerancia en el deporte

Códigos de tolerancia en la cultura